miércoles, 13 de marzo de 2013

Capitulo 15

Thiago POV:
Abrí mi departamento en Buenos Aires y me deje caer en el sillón más cercano. Estaba cansado e irritado. No entendía muy bien el cambio de Mar. Hace tan solo unas semanas habíamos hecho el amor y ahora me trataba como si fuera el demonio.
Pensé que esos días con ella había hecho un gran progreso pero por lo visto me había equivocado.
Fue un gran cambio ver como en una salida a tomar mates en el que Mar me hablaba como siempre, llena de amor y ternura pasar a la noche de ayer en el que me hablaba tan fría que hasta podría helar un vaso con agua con solo sus palabras. Me dolía ver ese cambio, supongo porque en parte me sentía culpable de ese cambio.
Mar POV
Nunca entendí muy bien la razón por la cual mi trabajo era tan resguardado por barras metálicas y puertas de fierro hasta ahora. 
Caminaba y sentía como ríos de sangre corrían por mi cuerpo y cara. La verdad es que me dolía el solo respirar y todavía estaba en shock por lo que había pasado. Todo fue muy rápido y no entendí nada hasta que estuve en el piso tirada. Todavía la escena corría por mi mente como una imagen confusa imposible de entender. Las lagrimas se escurrían por mi cara dejándome la visión borrosa y me termine tropezando.
Me quede ahí tirada por un buen rato hasta que me di cuenta que tenía que ver a la única persona que me daría paz: Bruno.
Me senté y me limpia las lagrimas. Con gran esfuerzo me paré y camine dos casa mas por la acera hasta llegar a la puerta de mi casa. Toque la puerta y cuando se abrió me desplome.
Dos horas antes:
-Mar quieres que te lleve a tu casa?-. Me dijo Vale
-No, no te preocupes, en serio. Necesito terminar un informe para poder dormir en paz-. Dije responsablemente aunque la verdad me moría de ganas de estar en mi casa para llegar a bañar a Bruno.
-Segura? Mira que ya es tarde-. Dijo insegura-. Y te vas a quedar sola
Yo solo asentí sin mirarla y seguí tipiando escuche como ella se iba por la puerta dejándome sola en mi oficina. 
Me dedique a trabajar pero habían momentos en los que pensaba en Thiago. No entendía porque tuve esa reacción el día de la cena con Vale y Simón. Fue como si hubiera un resentimiento por todo lo que me hizo que se había acumulado y el muy caballeroso como siempre se trago mis palabras de una mujer herida.
Algo que pensé que podía haber influido en mi carácter al verlo fue el hecho que mientras estuve en Buenos Aires haya jugado conmigo. Pero también estaba pensando en lo que dijo Vale que considerando mis recuerdos de mis dos años felices con el iban de acuerdo con su forma de ser.
Y Vale tenía razón en otra cosa y era que no debería haberme dejado convencer por las palabras que dijo un solo día cuando dos años llenos de amor y comprensión habían probado lo contrario. Pero el recordar la forma en que dijo que nunca me amo y que solo fui un juego para él me destrozo en mil pedazos. 
El silencio era perturbador así que cogí un CD de mi estuche y las canciones de Disney comenzaron a sonar a través de mis parlantes. Sonreí porque desde que Bruno había nacido los dos juntos comenzamos a escuchar esas canciones y bueno eso me hacia recordar a él.
Estaba cantando alegremente “Bajo el mar” mientras revisaba una información acerca de las paradas migratorias de un felino en estas últimas dos semanas cuando note algo raro en ellas. 
Los felinos por más salvajes que sean, siempre conservaban su instinto de seguir un mismo patrón. Pero en los rastreos de los chips note como desde ayer en vez de seguir el mismo patrón, todas las manchitas que indicaban cada felino se dispersaban por distintas zonas.
Estaba tan concentrada intentando descifrar esta información que me alarme cuando escuche unos sonidos extraños fuera de mi oficina. Sonaba como si estuvieran buscando algo.
Me pare inmediatamente extrañada por el ruido y lentamente sin hacer ruido me acerque hacia donde provenía el ruido. Cerré mi puerta de la oficina con llave por precaución. Y después me di cuenta que deje mis llaves adentro.
-Si seré estúpida-. Dije susurrando mientras veía mis llaves brillando adentro.-. Dejé mis llaves adentro.
El sonido era cada vez más desesperado por lo que retome mi investigación. Daba pasitos chiquitos sin hacer ruido por el pasillo que después me dirigiría hacia las áreas de trabajo de mis ayudantes.
Y fue ahí donde lo vi. Estaba revolviendo los papeles como si buscara algo urgente. Me quede mirándolo por un buen rato hasta que llego hacia el área de trabajo de Melody y recobre mis sentidos. 
-Quien eres y que crees que estás haciendo-. Lo mire con el ceño fruncido, y me di cuenta de que el cargaba con un rifle de caza. Abrí mis ojos y entendí mi gran equivocación al haberme lanzado así sin más sin siquiera meditar.
El tipo volteo a mirarme, tenía una máscara y no pude ver su rostro. Vi como se acercaba hacia mí y me agarro fuertemente del brazo. Me queje y me tiro al suelo donde me pateo y yo solloce de dolor.
-Decime donde se encuentran los datos -. Dijo pateándome de nuevo
Gemí de dolor.
-No sé de qué me hablas y aun así de saberlo no te lo diría-. Le dije leal a la reserva y a todos los animales que habitaban ahí porque no hacía falta mucha inteligencia para darse cuenta que él era un cazador furtivo y estaba buscando los datos de los paraderos comunes de los felinos de la reserva.
-Entonces no me sirves-. Comenzó a patearme le barriga y me tiro unos puñetazos-. Perra
Y se escapo. En mi mente solo estaban las dos personas que mas me importaban mientras mis ojos se iban cerrando quedándome inconsciente.
-Thiago-. Dije finalmente

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